sábado, 2 de febrero de 2008

De la UFT a la UMA... ¡Qué diferencia!



Ya culminado el primer semestre de mi postgrado en Periodismo Digital en la Universidad Monteávila, me siento con autoridad para hacer una comparación entre ésta y la universidad donde cursé mi pre -grado. ¿Hay algún punto de comparación? Sí, en las dos se estudia Comunicación Social. También en las dos puedes egresar como abogado o administrador. ¿Algún otro? No lo creo.

Es realmente triste tener que cuestionar a la universidad de donde egresaste profesionalmente, pero alguien tiene que decirles que las cosas no se están haciendo bien, que es necesario enfocarse en el valor primordial que son sus alumnos y sus futuros egresados. Y comienza la comparación.

El hecho que me impresionó ocurrió hace unas semanas atrás. Fui a la Biblioteca de la UMA, buscando un libro para mi tesis, y para hacer efectivo el préstamo apenas me pidieron mi nombre y mi número telefónico, nada más. Nada de carnet, fotos, llenar fichas, nada de eso. Pues resulta que me he llevado el libro a mi casa por unas 3 semanas, y cuando fui a devolverlo llena de temor por una multa o posible expulsión de la universidad, hasta me dieron las gracias por devolver el libro sano y salvo.

Es increíble estar en una universidad donde se siente que todo funciona, donde los procesos no se encargan directamente de hacerle la vida difícil e infeliz al estudiante, sino donde procuran que tu estancia sea lo más amena posible. Y no es cuestión de adular o humillar a nadie, simplemente es cuestión de saber que cosas están hechas para el bien común y cuáles sólo están hechas para que se enriquezcan unos pocos.

En otro caso, una noche de clases habían cerrado el cafetín de la universidad. Por arte de magia salen los directivos UMA a ofrecer el refrigerio a sus consentidos de postgrado: mini croissants, torta de zanahoria y Nestea. ¡¡¡Debo decir que están ganando puntos conmigo!!! Ellos si entienden que en la Pirámide de Maslow se encuentra el sagrado deber de la alimentación. Bien por ellos... y por nosotros.

Lo más cumbre de esta situación, es que el costo de la matrícula en ambas universidades en similar, por no decir exactamente igual. Y considerando que la UMA es una universidad muchísimo más pequeña y con menos estudiantes, es cuando se evidencia que el gasto no se justifica, no se ve por ningún lado. Y eso que los costos en la capital son más elevados, entonces ¿por qué una universidad de Barquisimeto es tan cara y su servicio tan ineficiente?

Hace poco ví a una abogado recién egresada de la Universidad Fermín Toro. Me contó, casi con una expresión de asco en su cara, que nuestra casa de estudios parecía un rancho. Los vidrios de la entrada rotos y tapados con cartón, los baños rayados al más puro estilo de sanitario de parada de autobuses, y quitaron los listones de madera de las escaleras... ¡Horror! ¿Qué clase de universidad privada permite que su infraestructura se encuentre en ese estado de deterioro? Y ojo con algunos jueguitos de manos entre los estudiantes, no se vaya a abrir un hueco en las paredes de drywall por un golpe mal dado, o comience a caer agua de lluvia en el cuarto piso por el cielo raso.

Tengo que reconocer que la UMA también tiene sus defectos, es cierto. Pero al menos me siento segura dentro de sus instalaciones. Quisiera que los directivos del Complejo Educativo Antonio José de Sucre se dieran cuenta de que están formando al talento humano de Venezuela y que somos los jóvenes emprendedores de este hermoso país quienes exigimos una educación digna. He dicho.

¿Será que la última matrícula fue para pagar el vestido de novia de Liz?

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