lunes, 14 de abril de 2014

Golpe de suerte

Estaba tratando de aconsejar a una amiga para que lleva mucho tiempo soltera para que consiguiera una pareja. Al hacerlo, me di cuenta de que ella cometía los mismos errores que yo cometí hace mucho, y que ninguna palabra que yo le dijera iba a cambiar sus decisiones actuales, ni su sufrimiento, ni las etapas que tendría que vivir.

No habría ningún discurso, ni tips anti - sufrimiento que pudiera darle para evitarle pasar por todas las etapas nefastas que vienen de salir con alguien nuevo: Los silencios incómodos, las pésimas elecciones de restaurante, los comentarios fuera de lugar. Todo eso ella tendría que vivirlo por sí misma, aceptar que ese hombre (otra vez) no era para ella, que tendría que seguir buscando, empezar de nuevo, levantarse, lavarse la cara y seguir.

Me di cuenta que estaba siendo demasiado dura con ella (como suelo ser con todo el mundo) y que no la estaba dejando decidir por sí misma lo que quería, y que ni siquiera contribuía respondiéndole yo misma los mensajes que le mandaba el susodicho. A veces querer a alguien como yo quiero a esta amiga nos imposibilita de pensar claramente,  y de dejar a la gente que elija por sí misma lo que quiere hacer.

De lo que sí no me había percatado es que he tenido demasiada suerte en esta vida, que aunque sufrí y lloré nada se compara con amigas y compañeras que conozco, que todos estamos aquí para cumplir un ciclo, interpretar un papel, conocer a unas personas determinadas según la vida y Dios lo hayan predicho... No me había fijado que el Todopoderoso me bendijo con el esposo que me mandó, que lo conocí y casi un año después ya estábamos juntos, juntos en este viaje hasta la eternidad...

No me había fijado que mi camino no fue tan largo, que soy inmensamente afortunada de tener un hogar, una familia, una casa, un compañero de viaje, de peleas, de chistes, de habitación, de sueños. Una persona con quién contar, en quién apoyarme en esos escasos momentos cuando la vida no me sonríe más, en los días grises.

Lo que quisiera decirle a mi amiga es que, el camino no es tan feo como parece, que en la búsqueda se conoce gente buena y mala, gente bonita y otra no tanto, gente que deja invaluables recuerdos en nuestro corazón, gente que nunca olvidas, gente que quisieras no habértela cruzado nunca, que quisieras arrancarlos como la página de un libro... Que no pierda la fe, que siempre que haya vida hay oportunidad de volver a empezar, y que tarde o temprano llegará el príncipe azul, que no es azul, si no blanquito, moreno o negrito, y que le robará sonrisas hasta que le duela la panza, y le enseñará que lo mejor de esta vida se vive de a dos.